Passengers, 2016
Irregularidades espaciales.
"Passengers"
es una minimalista, aunque cueste creerlo, película de ciencia-ficción
protagonizada por dos atractivos actores y con una trama con plagios a "Titanic" y ecos a "El resplandor", "Sunshine" o "Moon", entre otras.
La película arranca por una irregularidad (o fallo,
directamente) en el sistema de hibernación de la nave, que provoca que el
protagonista se levante antes de llegar a su destino, un planeta situado a 120
años de la Tierra y para el que faltan 90 para llegar.
La historia comienza bien, es interesante y plantea o hace
preguntarse al espectador: "¿Qué
haría usted, si le pasara eso?", pero en la mitad se vuelve un petardo
pasteloso que copia todos los tópicos y clichés de películas románticas,
repetidos y aburridos, algunos hasta sonrojantes.
Pero, afortunadamente, no se atasca ahí, empieza a atar los
cabos que había dejado sueltos en la primera mitad y vuelve a ser un pasatiempo
entretenido. Hasta la última mitad, que vuelve a ser el petardo pasteloso y ñoño,
pero combinado con acción y plagado de tópicos de películas románticas.
La película está protagonizada por Chris Pratt y Jennifer
Lawrence que hacen un papel "normal", no harán historia con esta
película y ningún está por encima del otro.
El aspecto técnico es lo que esperaba, grandes efectos,
grandes decorados (aunque hay relativamente pocos escenarios), buena banda
sonora, etcétera.
Vamos, lo que se espera al ver una película de
ciencia-ficción de Hollywood.
En resumen, "Passengers"
es un película de ciencia-ficción, con pocas cosas interesantes, que se mete de
lleno en los tópicos de película romántica, pero que se esfuerza un poco no
quedarse ahí, pero que acaba provocando cierta irregularidad espacial.
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