Rogue One:
Una historia de Star Wars, 2016
Más de lo esperado.
En pleno resurgimiento de la mejor saga galáctica del cine, a Disney se le ocurre la fantoche idea de realizar un spin-off que los
espectadores ya habíamos "incluido en nuestra cabeza"; ya fuese con serie de animación,
con videojuegos o incluso con literatura. El problema fue que Disney decidió
que todo eso no valía, que ya ellos se encargarían de dar
una nueva vida a todo lo que se denomina "Universo Expandido de Star Wars".
Una auténtica lástima, pero al final Disney no ha podido borrarlo todo y, en
ciertas ocasiones, sucumbe ante ese universo que es inmenso y enormemente rico.
Perdón, después de este preludio me centro en este spin-off.
Un filme que trata de rellenar el hueco entre "La venganza de los Sith" y "Una nueva Esperanza". Esos años convulsos, en los que el
Emperador Galáctico ha achacado una rebelión falsa a los Jedis, matándolos a
todos, y en los que el Senado Galáctico, por mucha representación que tengas en
él, no vale para nada ( como buena dictadura que es) los soldados imperiales campan
a sus anchas en toda la Galaxia y el poder de los Sith es más grande que nunca.
En medio del terror y de una Alianza Rebelde, la cual en un principio
no se nos presenta como la gran salvaguarda de la democracia y la destrucción
del Imperio, va poco a poco tratando de limar asperezas entre ellos y dándose cuenta
que la diplomacia en este dictadura no llevará a ningún puerto.
Con esta premisa, el director Gareth Edwards (Godzilla, 2014) nos muestra una Galaxia
que ya conocemos, pero nos enseña más de ella. Es decir, recupera el espíritu que George Lucas nos inculcó en sus filmes, siempre mostrarnos algo nuevo,
algo más allá de lo que estamos acostumbrados, no un simple refrito
que ya hemos visto mil veces con una nueva receta. Al menos para mí, en la
película, vemos Star Wars, pero no vemos nada parecido a ninguna película de
Star Wars, algo que me llama mucho la atención y me ha encantado, porque
demuestra que es posible hacer filmes sobre Star Wars, sin tener que darnos
siempre los mismos alicientes ni nada por el estilo.
Desde el principio al final es una película que lo único que tiene que ver con
la Saga Galáctica es su ambientación. No tiene ni cortinillas típicas, ni
elementos narrativos, ni nada que os podáis imaginar y, aún así, funciona como
relato de la saga Porque lo que cuenta es muy potente y además lo muestra
interesante. No tiene fisuras, no tiene desperdicio. Todo plano hace que cambie
lo anterior o mejore o avance la historia hasta su inevitable final.
En cuanto al relato, está a cargo de Chris Weitz y Tony
Gilro con ayuda de John Knoll y Gary Whitta, con el permiso de usar los
personajes de George Lucas. Aunque haya muchos nombres es muy fácil, John Knoll
y Gary Whitta son los que proporcionan la sinopsis de la historia, George Lucas
da los personajes y su historia, pero finalmente los que escriben el guión
final del filme con todos estos detalles son Chris Weitz (Cenicienta, 2015) y Tony Gilro (Guionista de la saga original del
señor Bourne: El caso Bourne, El Mito de
Bourne y El ultimátum de Bourne ); los cuales realizan una ardua labor para
que todo encaje y no quede ningún fleco, ya sea anterior a lo que vemos o a
posterior, lo hilan todo para que el filme sea auto concluyente y te quedes con
ganas de ver tanto las anteriores como las siguientes. Prácticamente no hay
evolución de personajes, porque el tiempo narrado en la historia no da, pero sí
hay una evolución psicológica del conjunto de la Alianza, algo que mola porque
vemos a una Alianza muy joven, muy disgregada, en contraste con las originales.
Algo que es meramente curioso y simbólico de cómo las revoluciones tienen que
gestarse desde la esperanza y la amistad, y no desde consejos y debates
interminables.
El elenco, la pareja formada por Felicity Jones y Diego Luna
es muy buena, aunque es verdad que es la típica, se empiezan odiando, pero su lucha
común les lleva a llevarse bien y a entablar una bonita amistad. Tienen buena
compenetración y los momentos narradores en los cuales se van haciendo amigos
son mas asimilables que,por ejemplo, Rey y Finn en el "Despertar de la Fuerza"; la pareja
de amigos de Rogue One es más
potente que esa.
Además de ellos, su némesis en el filme,Ben Mendelsohn está fantástico como
siervo del Imperio, me recuerda a veces al señor Christoph Waltz haciendo de
nazi.
También el papel de los cameos, los cuales son directos y efectivos, no aparecen
únicamente como elemento recordatorio de otra época, sino que hacen su parte
chistosa y desaparecen, pero el momento de Dart Vader es soberbio, nunca
habíamos vivido un momento así.
Me gustaría destacar la potencia de la BSO que nos
acompaña durante la película, es brutal,y añade una guinda a este lindo pastel.
Pero no todo podía ser bueno, al filme le fallan los efectos especiales, me
explico, la recreación de Peter Cushing está bien lograda, su reflejo en el cristal,
cómo interactúan los demás con él, cómo se chocan, no te digo yo que no, pero
se nota que su rostro… No es su rostro, no está igual de iluminado que los
otros en la misma escena para que no se vea, pero es verdad que está bien
conseguido, pero no brillante. Aunque, he de decir, que se agradece que las
naves no parezcan tan, tan artificiales, es decir, hay en una imagen que
parecen de verdad maquetas, como las originales y eso le da un encanto al
filme que habíamos perdido en otras películas, lo cual se agradece.
Poco más que añadir, es una película muy buena (más que
"El Despertar de la Fuerza")
que abre un universo nuevo a los spin-off que quieren hacer y, que si se
parecen a éste, funcionarán.
¡Que la fuerza os acompañe!
Puntuación: 8/10
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