Sin City:
Una dama por la que matar, 2014
Excesivamente decepcionante.
Desgraciadamente esta película narra, de nuevo, historias
crudas y de barrios bajos. Hay 4 historias, cada una podría tener su sinopsis
particular, pero es que cada historia trata de lo mismo, ¡VENGANZA! Es decir, todas
las historia son de venganza, de revancha y, lo peor, es que no están tratadas
de manera distinta, simplemente cambian personajes, es redundante. Pesado. Repetitivo.
Robert Rodríguez y Frank Miller, vuelven a ser los
encargados de dirigir éstas historias sobre las sórdidas calles de Sin City y lo único en lo que te fijas, es que les falta Tarantino a su lado. Está claro que
el estilo, la forma de presentar la historia y la fotografía ya no tenían ese
impacto de sorpresa (algo que socavó la primera parte). El fallo es no saber
sobreponerse ante eso. Me refiero a que los directores vuelven a cimentar el filme
en esos tres pilares y se hunden bajo ese mar de cabezas degolladas, imágenes
en blanco y negro y venganzas sin sentido.
No tienen el pulso narrativo de la anterior, no mantienen la chispa, todo es un
fallo. Está claro que la técnica es correcta y que está muy bien hecha, pero el
fallo es que si los efectos visuales o el estilo del filme no están acompañados por una historia buena (o al menos correcta) cae sobre su propio peso y falla,
falla en los momentos decisivos y claves, como son unos giros de guión totalmente
previsibles y con unos clichés que rezuman vaguedad visual.
¿El guión de Frank Miller? Vale . Ok. Él habrá ideado el cómic
y serán sus personajes, pero la historia de esta película no tiene nada que ver
con la primera. La venganza, lo que es como tal la venganza es el único hilo de
todas las historias, estoy convencido que en la primera también era así, pero
consiguieron generar unas subtramas más llamativas con unos personajes más
potentes, más envolventes. No he visto nada de lo que me encantó y disfruté en
la primera Sin City, simplemente más de lo mismo, pero ni más
exagerado, ni más potente, ni más sangriento, simple y llanamente, más de lo
mismo. Además que sin ton ni son, por muy rápido que vayan las secuencias, las
escenas, las voces en off, nada consigue que la historia (o las historias, mejor dicho) tenga un ritmo rápido. Todo es lento. Monótono.
Algunos gags, algún punto sí que tiene su gracia, aunque por lo que se ve,
el mérito en esos puntos es por el actor que interpreta al estrambótico
personaje.
El casting en verdad es bueno, son actores actuales, muy
decentes y con buena trayectoria. Para mí, en general, no es que estén ni bien ni
mal, es que no pueden hacer más. Si ya en la primera Sin City los personajes
eran planos y no tenían mucho recorrido, aquí… Ni te cuento. Al único que
quiero destacar, porque hace de loco total y está maravilloso, es Christopher
Lloyd (maldito matasanos cuerdo).
Solo tengo cosas negativas que destacar, entonces no
digo nada y finiquitamos ya. Sólo decir que siento que fuese mal en taquilla, aunque no me sorprende. No
está a la altura ni de su primera parte y, ni siquiera, de la carrera de Robert
Rodríguez. Un auténtico fiasco.
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