Eduardo Manostijeras, 1990
La clásica película romántica de Hollywood.
Y es así, Eduardo Manostijeras, en su poso, en su idea más elemental, no deja de ser una película romántica del Hollywood de 1920.
Eso no quita que se pueda adecuar un poco a los tiempos y conseguir una historia de profunda tristeza y crítica feroz a esos Estados Unidos "clásicos" de los '80; dónde todo es aburrido y lo único divertido es hundir y ridiculizar al que no es como nosotros.
Así al menos lo planteó Tim Burton, el cuál dirige con mucha cautela este romántico cuento de hadas. Cuenta con muchas metáforas, con mucho plano abigarrado, con mucha profundidad de campo (para mostrarnos el mundo de los personajes), cámaras lentas y, por supuesto, nos sigue mostrando ese mundo de atrezdo de lo más estrambótico y nada habitual que nos encanta de él.
Cuenta también con metáforas visuales y poema bellos en la composición junto a sus personajes y en su desarrollo. Destaco, por su toque humorístico y crítico, el momento en el que están las señoras chismorreando en la calle y cuando llegan los coches, en los que entendemos que van sus maridos (porque no los vemos) vuelven corriendo a casa.
El guion, a manos de Caroline Thompson es básico. En el sentido que ya he comentado, es una película romántica, con un planteamiento romántico, con un desarrollo muy simple (utilizado mil veces en cine) y con unos personajes que son cliché de este género. La referencia básica del guion es Frankenstein y, desgraciadamente no se sale de ella. Todo en este guion ya se ha visto y se ha narrado de diferentes maneras. Crítica a la sociedad del momento, odio al extraño, atracción hacia él. Si no fuese, por la magnífica realización y el estilo visual de Burton, la película nunca hubiera tenido la relevancia que tiene a día de hoy.
Del elenco yo destaco a Winona Ryder, que tiene un arco actoral muy trabajado y funciona muy bien en cámara. Johnny Depp, que me recuerda a Arnold Schwarzenegger en Terminator 1, en la forma de cómo conseguir enganchar al espectador y tener una presencia en pantalla fantástica, con tan pocas líneas de guion.
Esto es en líneas generales lo que pienso de Eduardo Manostijeras, la considero una película con un estilo visual único, con una fotografía muy personal, lo cual funciona, aunque la historia sea prácticamente un remake de Frankenstein.
Puntuación: 4/10
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