Midsommar, 2019
Ni la fotografía la salva.
Midsommar es un festival que se celebra cada 90 años en una aldea remota de Suecia. Nuestra pareja protagonista viaja acompañada de unos amigos, ya que han sido todos invitados por uno de esos amigos a disfrutar de esta particular celebración.
Ari Aster, director y escritor de la cinta, nos trae esta premisa. La cuál realmente es curiosa, se ha podido explorar el tema en otros filmes, como puede ser <<El bosque>>, pero definitivamente no de esta manera. La forma en la que quiere transmitir inquietud o mal rollismo es con el uso de la luz, está completamente todo iluminado (como ocurría en El Resplandor), con el uso de ópticas y una profundidad de campo bestial que daría lugar a tener diferentes términos en pantalla, no son utilizados de forma correcta. La narrativa, la manera de contarnos la película, la propuesta de sus planos, de sus angulaciones, etc., no funcionan. No transmiten ningún tipo de escalofrío o, como decíamos, inquietud. Se pierde completamente el tono de la película por culpa de un guion que no sabe si es un drama familiar o una película de terror.
La sucesión de actos, en los que solo estás esperando ver algo que te impacte o te llame la atención se convierte en planos aburridos, con música estridente que cuando deberían romper la tensión acumulada, estalla tan mal y de forma tan simple (como mediocre) que solo te genera una y otra vez enfado ante lo que te estás comiendo. Porque te lo comes, te lo ves, te lo terminas solamente por ver como acaba el drama familiar de película de sábado tarde (también conocida como de Antena3).
En contraposición tenemos unos actores, que creo que son los únicos que saben de qué va todo esto e intentan remontar la película de alguna manera y deben estar orgullosos de su trabajo, el cual llega a transmitir angustia en muchos casos, pero nunca ese horror o ese terror que nos deberían estar transmitiendo en este tipo de películas y más en este género en concreto. Solamente, por destacar, su protagonista Florence Pugh, es la única capaz de generar, de transmitir, angustia en una única escena.
Comienzo hablando de la fotografía y quiero darle su apéndice. La foto, si la observas desde fuera, es decir, sin ver el resto de la película, está muy lograda. Como decíamos una profundidad de campo bestial, no os imagináis, que da la sensación de que tengo en foco kilómetros de la campiña sueca. Y todo está completamente desaprovechado. Los huecos se rellenan simplemente con actores o construcciones, para que no quede el plano vacío, pero no se rellenan con actos o con "tramas" que podrían suceder en segundo o tercer o cuarto término.
Sin más, no os puedo prohibir verla, ni tampoco os voy a animar a verla, pero si os atrevéis, por favor, disfrutar de cómo no se debe hacer una película. Ni siquiera las pequeñas migas de pan que deja el director de manera visual, para luego relacionarlo con algo que ocurre en la película funciona, ya que las deja, las introduce, de forma tosca.
Puntuación: 1/10
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