Fe de Etarras, 2017
Seguramente una de las películas más necesarias del momento.
La sinopsis es fácil y concisa, en el año 2010, cuando la
selección Española está designada a ganar el Mundial, un comando de ETA se
resiste a rendirse, y espera, atrincherado, una llamada para resurgir de sus
cenizas.
Borja Cobeaga (Pagafantas 2009) nos traslada a una historia muy rocambolesca, muy negra, pero que narra una historia viva de la España moderna. Con una realización y unos medios técnicos
increíblemente básicos y simples, nos sumerge en un momento trascendental de la
historia, cuando la banda terrorista ETA decide arrepentirse y dejar las armas.
El señor Cobeaga, realiza una película bastante bien equilibrada, donde siempre
se nos están contando datos o elementos necesarios o siempre suceden hechos
interesantes.
Bien es cierto, que ésta es una película más de guión y de interpretación.
El guión del mismo Cobeaga y de Diego San José (El pregón, 2016) es asombroso. Saben jugar con el humor más negro, para crear unas tramas y unos
giros de guión que son simples, pero eficaces. El humor que gasta el filme es a
veces duro, se ponen a etiquetar el ranking de las mejores bandas armas de la
historia. Al igual que hizo “Ocho
apellidos vascos”, “Fe de Etarras”
abre puertas para conseguir hacer reír, hacer humor, de uno de los episodios
más cruentos de la historia. Todos sabemos de qué no debemos reírnos, aunque
debemos aprender que el humor es el mejor arma para acabar de limpiar heridas y
de poder seguir hacia delante.
Insisto, el guión no es nada sutil, es directo, es conciso, es como debe ser, que no se calla nada y que habla de todo.
La otra gran pata de la película es su elenco, guiado y
liderado por un Javier Cámara soberbio que realiza uno de los discursos sobre
la evolución del hombre vasco más memorables de la cinematografía española. La
pareja formada por Miren Ibarguren (Serie La
que se avecina) y Gorka Otxoa (Lobos
de Arga, 2011) está bien llevada, no hay más opinión al respecto ni nada más que sacar de ahí. El gran Julián López (Perdiendo el norte, 2015) está
tremendo, de Chuck Norris a albañil en una toma.
Llevan el diálogo ligero y suave. No dicen frases históricas, ni intentan que
sus palabras sirvan de ejemplo, simplemente muestran la verdad, la realidad.
Ya lo he destacado, pero en este caso especial lo vuelvo a hacer, es una película interesante, no es buenísima, no te meas de risa, pero
es una película que se debe ver y aprender de ella para ver que con sus gags
se pueden construir más puentes que con detenciones o condenas.
Lo dicho, espero que la veáis y la disfrutéis tanto como yo.
Puntuación: 6/10
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