T2: Trainspotting, 2017
Volvemos a la eterna juventud.
Trainspotting 2 es
una continuación digna y sana de su original.
Un breve resumen de la película sería: Renton vuelve de su exilio, para
reencontrarse con sus colegas de toda la vida y volver a salir de fiesta. Todo
ello plagado de drogas, peleas, carreas y sexo.
Danny Boyle se atreve a continuar su película de culto de
los ’90. Nos devuelve a un universo ya de capa caída y nos muestra, como
continúan en vida los drogatas de 20 años con 40.
Sinceramente, la realización es la mítica y típica de Boyle. Una buena elección
de planos contraplanos para correr por las calles de Edimburgo, los planos
aberrados para mostrarnos un cuadro perfecto. Es siempre maravilloso disfrutar
de las imágenes de Boyle, que nos muestra con una buena música. Destacar la
batalla final, es decir, cuando la veáis disfrutarla y después la revéis, la
planificación es perfecta y muestra todo y no te das ni cuenta, increíble.
El guión de John Hodge, mismo guionista que de la primera Trainspotting, realiza una continuación
minuciosa del filme. Bien es cierto que ésta película tiene puntos muchos más
bajos y con menos sorna que la anterior. Es algo más madura y tiene momentos
más densos y largos de contar, aún con la dirección rápida del director, se
queda tosco.
Los giros de guión básicos, están bien formados y bien introducidos, por lo que
el guión es correcto, pero siempre se puede limar más. Aunque de nuevo, atentos
al giro final, un homenaje a sí mismo y que es demasiado bueno.
Aunque, lo mejor de lo mejor de lo mejor es, tener a los
personajes originales de vuelta en sus roles. A ver, si les ve más cascados y
jodidos, pero es el paso del tiempo y de la vida. Capitaneados por Ewan
McGregor, que sigue manejando el cotarro, la película ya no se centra tanto en
él, se desvirtúa un más y podemos tener más detalles sobre el resto de
personajes. Robert Carlyle, está desatado en la película. Vuelve a ser ese loco
maníaco, pasado de coca, pero más divertido incluso. Jonny Lee Miller, sigue
siendo el pasota y el más chungo de la banda, siempre intentando tener sexo,
chicas y dinero, mucho dinero. Ewen
Bremner, el bueno de Spud, está más entrañable que nunca y es, el fiel reflejo
de como una persona se puede degradar por la droga hasta límites insospechados. Hay muchos más cameos, así que, estad atentos.
La banda sonora vuelve a ser uno de esos puntos que hay que
destacar de la película. Es tremenda y eleva el filme en los momentos más
importantes e interesantes.
La fotografía de Anthony Dod Mantle es bastante potente. Para mí, mejor que la
anterior, no solo porque tiene más calidad técnica la película, si no, que
tiene elementos generados por la luz que la primera no tenía; en concreto hay
una escena en la que Renton y padre están en la mesa de la cocina que es
brutal.
En general, no es que sea mejor que la primera o tan buena
como la primera, pero es una buena continuación de una legendaria película.
Sinceramente para mí, muestra a esa generación de cuarentones rozando los
cincuenta, que en su vida no ha ido tan bien como esperaban y que solamente
desean volver a los 20, para drogarse y estar de tranquis con los colegas.
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