27 sept 2016

Hincame el diente

Hincame el diente, 2010

El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras.

Sin faltar al respeto 

Cuando se hace una película, muchas veces lo que se escribe, lo que se planifica, lo que se rueda y lo que se monta pueden ser cuatro cosas totalmente distintas. De la imaginación a la realidad puede haber años luz.
El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras.

Ahora bien, una película fallida tiene un trasfondo loable, se puede apreciar que las intenciones eran buenas, se puede ver ganas de contar una historia con entusiasmo, se puede ver un punto de partida original o curioso, se pueden ver una gran cantidad de buenas intenciones pero que, por determinados motivos, no ha salido redonda.

Esto no pasa con “Híncame el diente”, una película que roza o entra directamente en la falta de respeto. En no entender que un espectador es una persona que paga por ver un producto, divertirse, emocionarse o reflexionar, y que está invirtiendo un tiempo en ello.

“Híncame el diente” repite por antonomasia la fórmula de “Scary movie”, parodiar un determinado tipo de película con gags irregulares o directamente malos.
El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras.

Pues bien, esa fórmula llevo décadas quemada y, como es lógico, no funciona y esa intención en parodiar las películas de vampiros adolescentes acaba siendo una sucesión de supuestos gags sin ninguna gracia y, por supuesto, olvidándose de una cosa llamada “trama”.

Una pena porque, aunque el punto de partida es sencillamente imposible o ya estaba quemado antes siquiera de escribir el guion, la película cuenta con una factura técnica seria o todo lo seria que le dejan los responsables de la película a sus técnicos.

Las interpretaciones son sencillamente insuficientes, pero no es culpa de los actores. Un actor con un buen guion y unos buenos ensayos, puede lograr ser brillante en la pantalla. Esta tiene unos actores con un guion (Me está pareciendo mucho llamar “guion” a eso) lamentable, que parece que les han dicho que se lo tomen en serio para que resulte más cómico en la pantalla, y cuyo único resultado es lo contrario.
El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras.

Una cosa admirable de los responsables de este bodrio faltón es que es difícil que una película de una hora y veinte minutos resulte aburrida. Precisamente, el ritmo tendría que ser muy ágil y por lo tanto muy entretenida. Pues no.


Eso es posible si se cuenta con una trama, una lógica y un guion más o menos redondo. Ninguna de estas tres cosas está en la película.

“Híncame el diente” hinca el diente a la inteligencia del espectador, a su tiempo y a su bolsillo, dejando una sensación de pérdida de tiempo, posiblemente de dinero y la sensación de haber sido insultado.

Nota: 0 de 10

Gerardo Fernández Ramos

Puedes encontrar la película para disfrutarla en casa aquí:

0 comentarios:

Publicar un comentario