La isla mínima, 2014
El mejor thriller "made in Spain".
Dos
policías, los dos antagónicos, cada uno viene de una España distinta, unidos
para resolver una serie de asesinatos que ocurren en la España más profunda
durante la transición de la dictadura a la democracia.
Alberto
Rodríguez (Grupo 7, 2012) dirige este
filme de thriller-acción. En mi humilde opinión, esta cinta es más redonda que "Grupo 7". Esta tiene muchos más
detalles técnicos que la otra, eso puede ser por múltiples razones, pero la clave
es que están bien llevados al filme, es decir, que esos alardes técnicos tienen
coherencia con lo que estamos contando. No están ahí puestos porque simplemente
El guión
que corre a cargo de Rafael Cobos (7 Vírgenes,
2005) y de Alberto Rodríguez está bien compuesto. Nos presentan muy
bien a los personajes, quiénes son, porqué se comportan así y lo cuenta de la
manera en la que hay que contarlo: enseñándolo.
Además la historia es muy potente. Lo único el final, no es que quede raro, pero quizá sí algo precipitado, pero lo hace aposta para dejar abierta una puerta, no a una segunda parte, si no a que algunos casos tienen dos vertientes y, en este caso, solo se cierra una, la otra es imposible debido a la sociedad que teníamos en esa época.El elenco es fantástico. La pareja formada por Raúl Arévalo (Primos, 2011)y Javier Gutiérrez (Zipi y Zape y el club de la canica, 2013) es fantástica; les sacamos a los dos de su entorno más prolífico, que es la comedia, y les metemos a los dos en un thriller con buena dosis de acción, y se meten de una manera pavorosa. Están muy puestos y muy bien dirigidos, esas miradas, la forma de hablar (de hacer las pausas) todo está muy bien medido. Los
secundarios, Antonio de la Torre (Caníbal, 2013) es un lujo tenerle, saldrá poco, pero se come la pantalla cuando sale. Y el famoso Jesús Castro está igual de mal que en "El Niño", es decir, no es que no quieran los directores que ponga otra expresión en la cara, sino que tiene esa y punto.
Como
detalle técnico: la increíble fotografía a cargo de Alex Catalán. Es aquí donde se nota que esta película se ha hecho bien, imagino que se habrá
hecho en vídeo, pero está trabajado. Se han hecho los ensayos pertinentes, está
muy lograda toda la ambientación ochentera y es que tiene calidad el filme.
Tiene un estilo muy americano porque debería ser así siempre. Esto es lo que le
da realismo, calidad a una cinta, la forma en que se ilumina y aquí tenemos un
ejemplo donde se ha hecho un gran trabajo.
Cabe destacar que sí se parece, o tiene un aire, a la primera temporada de "True Detective", pero hay que decir
que se empezó a rodar aún cuando no se había estrenado la serie ni en Estados
Unidos. Por lo que, la historia es totalmente nuestra, pero no digo que en post-producción no se haya tendido a una colorimetría semejante a la de la
serie.
En
definitiva, tenemos a unos personajes bien definidos, en los que se
intercambian papeles de poli bueno y poli malo, con una historia digna de una
España de los '80 que se estaba transformando en una democracia. Y ahí tenemos
la clave, no es solo una película que trata de resolver un crimen, sino que
trata (que tiene) un trasfondo social impresionante que llena toda la
pantalla y que, en el final, queda totalmente claro. Además que técnicamente el
filme tiene un aire muy propio y nuevo del cual deberíamos estar orgullosos y
exigir a las películas españolas, al menos las de este género, que se
trabajaran de esta manera, que se curraran esa estética negra y con una puesta
en escena de diez.
Puntuación: 7/10
Puedes encontrar la película para disfrutarla en casa aquí:
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