Verbo, 2011
Vamos a ver
qué digo para no ofender a nadie.
Estamos ante un filme que me
produce una fractura emocional importante. Pocas películas hechas en España
tienen esta factura técnica, además del género que trata que quedarse en el
simple drama sería poco honesto. Es un filme distópico dentro del mundo actual
donde se plantea y juega con el estilo hip-hop/rap; para darle otro aire, una vuelta de tuerca al propio género
aquí en España y a la propia historia.
Dicho esto, el filme no funciona en sí mismo. Tiene muchos elementos, elementos
que son buenos en sí mismos, que pueden funcionar y deberían funcionar. El problema
es que no casan, que tanto la historia como la realización se empeñan en no
hacer fluctuar, en no crear una historia decente y creíble; que se mueva en su
propio universo (que lo tiene) pero no funciona, no conecta entre sí y eso hace
que todos los buenos elementos e intenciones que tiene el filme se hundan.
Eduardo Chapero-Jackson dirige y
escribe este filme de una forma muy rara. Es novel en cuanto a dirigir filmes,
pero tiene trayectoria de cortometrajista y, no sé si se le quedó grande el
papel de director o, como dicen los periódicos de la época, no le dejaron hacer
el filme que él quería. Algo que no me termino de creer, porque tiene una
factura técnica bastante potente e incluso unos efectos visuales muy
reseñables, poco que envidiar a otros filmes del estilo; se han dejado un buen
dinero en recrear ese universo ficcional donde se sumerge la protagonista.
Pero, en mi opinión, esta fábula por la vida, la cual se recrea en un submundo y
contada con versos de
raperos (bastante decentes), pero metidos con calzador, hacen que el guión quede infame, sin gracia y se pierda todo lo que se ha
intentando. La historia, la dirección y el guión quedan destrozados por el
señor Eduardo Chapero-Jackson que lo único que ha hecho ha sido coger frases de
señores, como Nach, Chojin, etc, e introducirlos de manera burda en esta
historia contra el bulling y el suicidio. Yo no digo que no se pueden hacer
homenajes en las películas pero no solo se puede
vivir de "homenajes" a otras personas, se deben desarrollar esos
homenajes, esas ideas.
A nivel interpretativo tampoco es
algo del otro mundo, tenemos a la señorita García diciendo que tiene quince
años con su precioso
tatuaje en el omoplato y un Miguel Ángel Silvestre que está visto que si no enseña cacho no se le puede meter en ninguna
película.
Definitivamente estamos ante una
ópera prima de la cual se puede aprender mucho. El señor Chapero-Jackson debe
aprender a usar los elementos potentes que tiene en la cabeza y hacerlos casar
de una manera correcta, no intentarlo a cascoporro haciendo que la película se
hunda, como es el caso.
Puntuación: 3/10
Puedes encontrar la película para disfrutarla en casa aquí:
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