31 oct 2016

Un monstruo viene a verme

Un monstruo viene a verme, 2016 

El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras.

Bien podría llamarse un drama no viene a verme. 

Efectivamente, este drama de dos líneas argumentales, ambas claramente separadas, pero que no huyen entre sí, no me ha tocado ni lo más mínimo. Y no es por culpa de que yo sea un ser frío o un guión enrevesado o que no quede bien explicado cuál es la enseñanza que nos hace ver Connor O'Malley; es culpa del señor director Juan Antonio Bayona. 
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Es una historia que trata sobre un momento en la vida de nuestro personaje principal que es crucial, aún es un niño, está entrando en la adolescencia y sufre por todos lados, ya sea en el colegio, en casa... E intenta enfrentarse a todo y a todos con la ayuda de un monstruo muy particular.

Juan Antonio Bayona (El orfanato, 2007), dirige este filme de una manera totalmente efectista para conseguir la lágrima. Juega a que si llora el espectador es que será una buena película y planifica cada escena, cada plano, cada movimiento de cámara para que eso ocurra, aunque lo que se cuente no tenga porqué ser lacrimógeno, él necesita ese dramatismo en pantalla.
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Esto es lo que hace que el filme no funcione, no se remate, es decir, quiere darle tanto, tanto dramatismo a la imagen que se olvida de narrar, de explicar el por qué está sucediendo lo que pasa en pantalla. Hunde así mismo una fábula, una enseñanza que podría haber sido magnífica, el poder sentir dos sentimientos contrapuestos, pero que juntos hacen que tú vida pueda continuar. Esa explicación, eso que es tan elemental, no lo cuenta bien, se pierde en que todo este recargado de estereotipos ya vistos una y mil veces, acoge en su seno al Spielberg más familiar y lo hace más llorica, más dramático (cuando Spielberg no es tan dramático); hasta le hace un guiño al señor de Hollywood con la frase final del monstruo; que yo no digo que esté mal, simplemente digo que todo lo que usa para narrar esta historia, este dramón, no le sirve para ilustrar lo que quiere ilustrar, lo ilustra al final a cascoporro, metido con calzador, porque es incapaz de utilizar los dos cortometrajes de animación para ello.
Es de verdad, una verdadera lástima, porque viene de contar una historia magnífica, como fue "Lo Imposible" y ahí sí que supo equilibrar la técnica al guión; aquí sencillamente busca la lágrima fácil y cree que así ha hecho un gran filme.



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Patrick Ness, debutante en esto de los guiones, adapta su propia novela para que Bayona no sepa cómo explicar la enseñanza que intenta trasmitir.
El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras.Una enseñanza que esta clara, que es inherente al filme, la cual se podría resumir con un enfrentante a la vida y a ti mismo, que no es malo ser egoísta en momentos duros y que no es malo decir la verdad aunque duela. Prácticamente todo esto queda explicado en el filme, auqnue no gracias al director, si no a monólogos del mosntruos o frases en el momento oportuno, ya que el director lo que quiere es sucumbir a la lágrima fácil, algo que hace que este mensjae precioso se quede diluido. Pero hay algo que me rechina y es el momento en el que nos quieren decir tanto el director como el guionista que es malo tratar a las personas que sufren una pérdida o pasan por un momento difícil en su vida como si todo fuera normal; algo que no es así y que no debe ser así, es decir, ese platamiento para mí es falso.
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Lewis MacDougall, carga con una losa a la espalda y es la de estar cabreado todo el filme, tiene una actuación creíble y bastante increíble para su edad, ahí Bayona acierta, dirige bien a su actores. Sigourney Weaver (Luces rojas, 2012) que, para mí, es la que más destaca de todos, no necesita ni llorar ni hablar para ser creíble. Su sola presencia, su sola mirada es suficiente para inundar toda la escena. Felicity Jones (La teoría del todo, 2014), pasa de largo de este dramón con una actuación normal y lógica para el papel que tiene; y el señor Liam Neeson (Infierno Blanco, 2011), le da el toque final a un Monstruo que es soberbio cómo se ha construido, es totalmente creíble, y la guinda a esa credibilidad es la voz potente del señor Liam.

Cabe a destacar toda la técnica, es decir, efectos especiales, sonoros, decoración, VFX…, todos esos apartados son extraordinarios y Bayona sabe sacarles partido y hacer que se vean de una forma muy completa y correcta en pantalla, es decir, deja que se luzcan. Aquí, es su gran fallo se lucen tanto que su narración queda relegada a un segundo plano y andas por la películas perdido hasta el frame final.

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No voy a decir mucho más, simplemente me parece un fallo de Bayona que haya planificado así el filme, las enseñanzas que quiere darnos son claras, que los niños son capaces de entender las cosas adultas, que no es malo decir la verdad aunque duela, que no es horrible ser egoísta en momentos en los que no hay que serlo, sí queda claro, pero mal expresado, mal narrado, ya que las historias que nos narra el monstruo quedan confusas y en el aire incluso en el final.


Puntuación: 5/10


Puedes encontrar la película para disfrutarla en casa aquí:

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