El Hombre de las mil caras, 2016
La película de las mil mentiras.
Podría haber fallado estrepitosamente incumpliendo una de
las normas del cine de intriga, la cual es mostrar un flashback falso como si
fuera real sin utilizar ningún tipo de alteración en la imagen ni en la
narración. En este filme la regla se cumple, y ves y crees todo lo que se
cuenta.
La historia no trata sobre el caso Roldán, eso sería lo que termina de unir a los personajes, trata sobre el señor Francisco Paesa, una persona sin escrúpulos, pero que hizo un gran bien para España, presuntamente.
La historia no trata sobre el caso Roldán, eso sería lo que termina de unir a los personajes, trata sobre el señor Francisco Paesa, una persona sin escrúpulos, pero que hizo un gran bien para España, presuntamente.
Alberto Rodríguez (La
Isla Mínima, 2014) aumenta su filmografía con un filme muy poco español en cuando a técnica se refiere. Utiliza en exceso, pero sin agravio, la voz en
off para explicar los pequeños detalles más difíciles de explicar, aunque
siempre acompañados de una imagen, sin la narración sería imposible entender y
digerir lo que sucede.
El resto del filme es solvente, los saltos temporales y de punto de vista están bien definidos, simplemente con ver la pantalla en un tris te centras y
sabes perfectamente seguir la historia de intriga y traiciones.
Lo mejor del filme en cuanto a dirección es que se permite planos increíblemente buenos técnicamente. Hay un plano en steady en medio de la lluvia que es sublime, y todo ello hace enriquecer la historia. Todo está preparado para que se cuente bien la historia, no que la técnica vaya por su lado aunque la historia esté en otro.
Lo mejor del filme en cuanto a dirección es que se permite planos increíblemente buenos técnicamente. Hay un plano en steady en medio de la lluvia que es sublime, y todo ello hace enriquecer la historia. Todo está preparado para que se cuente bien la historia, no que la técnica vaya por su lado aunque la historia esté en otro.
El señor Rodríguez, junto con su estrecho colaborador Rafael
Cobos (Grupo 7, 2012), adaptan la
novela de Manuel Cerdán con soltura. Es decir, no pierden el pulso narrativo,
todo queda bien hilado y en universo cinematográfico correcto. El guión no
puede dejar indiferente a nadie y, además, arroja mucha luz sobre cómo
funcionaba España de verdad en los año '80 y '90 (y que actualmente no ha
cambiado mucho).
Todo lo que se narra y cómo se cuenta sigue hoy día muy vigente, no ha dado
tiempo a digerirlo porque los medios de comunicación nos mantienen muy
informados (o sobre informados) de todo y necesitamos más filmes sobre la
transición, sobre ETA en los '80 y sobre lo que significó los GAL en este país.
El cuarteto principal de actores está sencillamente sublime.
Eduard Fernández (El niño, 2014),
como el señor Paesa, un tipo que ayudó al país para ayudarse a sí mismo, es
maravilloso, nunca sabes qué va a desencadenar esa sonrisilla. José Coronado (No habrá paz para los malvados, 2011),
hace de tipo de los recados, está ahí, ayuda y funciona en pantalla, queda
divertido. Aunque el descubrimiento es Carlos Santos (Los hombres de Paco (TV), 2005), abandona ya de una vez a su
personaje Povedilla y se convierte en un ser que dice que hace lo que hace todo
el mundo, pero por toli le pillan y es increíble el regalo que nos hace. Marta
Etura (Mientras duermes, 2011), hace
de su mujer, y lo poco que sale se la ve con presencia, se come a sus
compañeros masculinos cuando está en pantalla; como siempre, maravillosa.
Cabe destacar la fotografía, sobre todo en los escenarios
de interior, y en los exteriores lloviendo es magnífico, ojalá que
otros directores de fotografía aprendan de Alex Catalán. Y la recreación desde
finales de los '80, todos los '90 y principios del siglo, sobre todo en ropa y
en tecnología, buen trabajo de búsqueda de dispositivos.
Además tiene un elemento muy curioso y es que los escenarios que aparecen son
reales, los exteriores sobre todo, eso enriquece la historia porque se nota el
viaje, se nota el cambio de luz, de color de la imagen y se agradece siempre
eso en filmes de este estilo.
En general, es un thriller sin acción de tiros y de
disparos, no los necesita. Todo se juega con la palabra y con hechos que
destruyen más que las bombas.
Puntuación: 7/10
Puedes encontrar la película para disfrutarla desde casa aquí:
0 comentarios:
Publicar un comentario