Star Wars. Episodio VII: El Despertar de la Fuerza

Star Wars. Episodio VII:
El Despertar de la Fuerza, 2015 

Regresamos a la Galaxia muy, muy lejana.

10 años después de que Lucas nos terminase de contar el cómo empezó todo de la saga galáctica más famosa del cine; nos dejó un sabor agridulce. “La Venganza de los Sith” era buena, no era buenísima ni nada demasiado, era aceptable y, comparada con las otras dos, la mejor de la trilogía.

Lucas vendió con la ilusión de que un nuevo grupo de cineastas y creativos continuaran y perpetuaran aún más su legado para la historia del cine… En cambio, en mi justa opinión de fan, se nos vomitó un producto que únicamente tenía que ver con el original de Lucas en el blanco de los ojos…

Sí, no me gustó para nada la vuelta de Star Wars, aún malas, la trilogía de precuelas estaban dentro de lo que quería Lucas, expandir y contar más sobre su historia de la vida de Anakin Skywalker (que al final es de lo que van las seis películas de George Lucas).

En este nuevo comienzo sin Darth Vader, sin Emperador ni Imperio, porque Lucas nos dejó muy clarito que el Imperio se acabó con la muerte del Emperador, los señores creativos solo se les ocurre crear unos nuevos personajes que sirvan de parche ante esas carencias y tirar hacia delante con una historia sin pies ni cabeza.

J. J. Abrams (Super 8, 2011) es un fan, un fan que ha dado vida a una película que le gustaría a cualquier fan estándar de las Guerras Galaxias, es decir, todo lo malo que supuso la trilogía de precuelas, todo ese universo expandido, los nuevos mundos, los nuevos malos (aunque no tan nuevos finalmente) toda la trama, la alegoría a la Roma Imperial, de cómo un hombre se puede quedar con el poder en tiempos de crisis es, finalmente, lo que hace especial a esa Saga y, es lo menos popular, ya que, en las clásicas estaba claro quién era bueno o malo, eran tiempos de guerra, había que ir rápido, había que luchar; dejar a un lado toda la trama política, los nuevos seres, los nuevos planetas…, todo eso, no es indispensable para ir por el espacio con sable láser en mano y luchar contra los malos y liberar princesas…

El problema viene cuando Abrams, insisto fan entusiastas de querer aventuras espaciales y dejarse de política, decide “revivir” de alguna manera todo lo que hizo especial a la película original. Porque, no quería seguir con los pasos de Lucas, él quería generar un comienzo de una trilogía propio, pero basándose en lo que creó Lucas y en lo que más gustó al público. Vengo a decir que Abrams suelta simplemente todo lo que los fans queremos ver aunque ya lo tengamos, no nos da nada nuevo, solo nos lo adorna, nos lo pone con otros nombres y le pone más efectos especiales.

Aquí, como director (y co-guionista) Abrams no crea nada que no hayamos visto en ninguna otra película, hace una especie de remake-reboot-secuela, que es lo que me parece más interesante del filme, como crear una secuela que se parece más a un remake-reboot del episodio IV…, fascinante.

Como guionistas tenemos al propio Abrams, Lawrence Kasdan (le conocemos lo suficiente de otros filmes de la saga) y Michael Arndt (Oblivion, 2013), nos dan lo que los propios fans habíamos demandando, queremos ver lo original, queremos a los personajes de siempre haciendo lo de siempre y, ellos ni cortos ni perezosos, nos lo dan. Eso sí, sin necesidad de explicar nada de nada, nos dan casi dos horas de película en la que la historia, la historia genérica de Star Wars no avanza, simplemente nos presentan a unos personajes, los cuales no conocemos nada, nos dejan unas pistas para que especulemos de donde pueden proceder sus genes y fin; el resto es el mismo argumento (prácticamente el mismo guión) que la película original de Star Wars allá por el año 1977.

Que nos emocione ver a los mismos personajes, haciendo los mismo que ya hicieron, a mí me deja bastante por desear como fan.

De momento, como guión, solo deseo que los pequeños destellos de nuevas tramas que han mostrado en este película sirvan para crear un filme interesante y merecedor de un visionado en la gran pantalla; deseo fervientemente que Star Wars VIII deje por los suelos a “El Despertar de la Fuerza”, algo que no es muy difícil, tristemente dicho.

Los actores que se unen a esta saga, Daisy Ridley y John Boyega, nos dan una pareja de (momento) amistad pura y propia que, como en la original, debido a la guerra se acentúa y se agranda, con la necesidad de ser todos fuertes contra un enemigo común, aunque…, no entendamos porque existe este enemigo. Vuelven los clásicos, Harrison Ford y Carrie Fisher, con sus momentos estelares y siempre efectivos, sobre todo Ford, que por fin obtiene lo que deseaba ya en el “El Retorno del Jedi”. Aunque, el gran merito lo tiene Adam Driver, un personaje que debe inspirar miedo y terror, pero solo genera desapego y frustración, porque quiere, de verdad quiere mostrar un rostro malvado y demostrar que el Lado Oscuro de la Fuerza le domina, pero yo solo veo un adolescente con complejos que solo necesita un azote de su madre, no me creo su actuación, no me creo sus momentos, no me gusta ni como habla.

A nivel de efectos especiales es impecable, y eso hace desmerecer mucho toda la Saga, aunque ya en las precuelas se dejo de construir y de hacer mucho en favor de unos magníficos ordenadores y VFX, aquí ya…, es pasarse, es que, hasta la luz es por ordenador…, es una pena que hayan terminando de liquidar esa esencia, por mucho que lo hayan rodado en 35mm, toda la digitalización y su post-producción, destruyen la misma esencia del filme.

Quiero destacar, que ni me gustó la BSO de John Williams, ni eso se salva.

No quiero decir nada más, no me gustó es la realidad y creo que he argumentado bastante bien mis problemas con la película. Además que entiendo perfectamente que haya a muchos fans que les flipe la película y digan que por fin tienen lo que ansiaban, pero entonces son personas que no entienden el maravilloso universo que nos dejó Lucas y, que espero (aunque lo veo improbable) que se recupere en ediciones siguiente. Lo peor fue, escuchar una noticia de los estudios diciendo que nada del universo expandido les sirve y luego utilicen lo que les conviene en la película, eso es de ser hipócritas.

Puntuación: 4/10

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