Leaving las Vegas, 1995
Retrato de un final.
En Leaving las Vegas tenemos la propuesta principal de un señor, un guionista, el cual se vuelve adicto al alcohol y pierde todo lo que le importa. Al ocurrir estos sucesos, decide perderse en la gran ciudad de las Vegas hasta morir de su adicción.
Con este drama y esta trama, la gente o al menos lo que me transmiten las personas que han visto la peli, es que la historia principal es la que sigue en todo momento al personaje principal y, aquí tenemos la primera trampa de su creador.
Mike Figgis, director y guionista de la obra, nos da la solución al problema de su personaje principal desde un principio y lo repite en varias ocasiones:
“Voy a morir. Pase lo que pase. Voy a beber hasta morir.”
Y, en ese círculo vicioso, aparece su personaje principal, Sera (Elisabeth Sue); la cuál considero la auténtica protagonista del filme. Gracias a Sera, en este viaje al infierno se nos narra cómo acompaña a Ben (Nicolás Cage) y el por qué decide acompañarlo. Ya sea porque esté enamorada de él o simplemente porque está tan perdida como él y piense que juntos pueden encontrarse y conseguir frenar ese descenso. Es una historia tremenda, compleja y llena de sus contradicciones. Es realmente personal y muy realista en muchas escenas. La manera de colocar a los personajes, el cómo se mueven dentro de la escena y la posición que coge la cámara frente a la escena y a sus personajes, hace que las escenas sean fuertes, contundentes y tremendamente poderosas.
A parte de la pequeña “trampa” en la trama, las actuaciones de Nicolas Cage y Elisabeth Sue, son extraordinarias. Cage, por saber en que momento explotar y mostrarnos sus caras de locura. Sue, por saber manejar su tiempo y demostrarnos como se actúa simplemente con el movimiento de su pelo.
Sin más os dejo con esta película que debería ser de culto.
Puntuación: 7/10
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