Buscando a Dory, 2016
Los trece años de espera han servido para algo.
Esta secuela de la admirada "Buscando a Nemo" no me ha dejado indiferente. Esperaba un
refrito, lo digo abiertamente, pero en cambio me he encontrado con algo
muchísimo mejor. Ahora es Dory la que quiere cruzar el océano para nada más y
nada menos encontrar a su familia, a la cual perdió en extrañas circunstancias.
Vuelve a la carga Andrew Stanton, aunque está vez acompañado de
Angus MacLane (colaborador en cortos de Pixar como BURN•E, 2008). Trece años, vuelvo a decir, han pasado desde que
llegó a mis retinas la primera parte y, aunque haya crecido ligeramente un
poco, me he vuelto a sorprender muy gratamente de este filme.
No solo porque salgan los personajes que más nos gustan y los volvamos a acompañar, sino porque en esta parte de la historia exploramos con ellos su propio universo, su propio mundo interior, que se suele decir. Interiorizamos mucho más en su pasado, lo conocemos, lo comprendemos y, lo más fundamental, aprendemos y crecemos con él.
Sigue siendo lo más especial que nos da esta aventura acuática, que todo sirve para seguir hacia delante, hay que: "Seguir nadando". Ya que, si nos quedamos incrustados en una duda, en una pregunta, en un suceso de nuestras vidas y, no aprendemos de él, no seguimos hacia delante, no podremos avanzar en nuestro camino... Y eso hará que no seamos realmente felices, nos hará ser pe(ces)rsonas tristes y sin historia.
El guión, es por su puesto de Andrew Stanton y lo co-escribe con
Victoria Strouse (Ahora los padres son ellos, 2010).
Lo bonito del filme, ya no es solo la aventura que sufrimos, sino todo lo que dice Dory, todo lo que hace tiene su porqué, tiene su razón de ser, es decir, ella en el fondo se acuerda, es capaz de aprender, simplemente cuando se pone nerviosa o cuando se pone triste, es decir, cuando pierde de vista su camino, se olvida y no porque quiera, sino porque pierde su rumbo y no sabe hacia dónde ir.
Lo bonito del filme, ya no es solo la aventura que sufrimos, sino todo lo que dice Dory, todo lo que hace tiene su porqué, tiene su razón de ser, es decir, ella en el fondo se acuerda, es capaz de aprender, simplemente cuando se pone nerviosa o cuando se pone triste, es decir, cuando pierde de vista su camino, se olvida y no porque quiera, sino porque pierde su rumbo y no sabe hacia dónde ir.
Las nuevas criaturas acuáticas que se suman a esta segunda parte
son encantadoras, desde una ballena cegata, un pulpo camaleón, incluso las
focas acusadas de hacer bulling (una falacia como un templo)son
maravillosos. Es verdad que en esa película no se cumple esa regla de oro de
generar personajes para un fin o para que la historia principal avance, aquí
hay personajes simplemente para generar un gag con el que todos nos reímos un
poco y listo. Incluso con el ave de los ojos locos. Eso podría ser lo peor de
la película, pero al ser los gags, bueno, se pueden personar.
Cerramos diciendo que Pixar, consigue una buena continuación de
su historia. Es verdad que tira mucho de la anterior, pero tira de ella para
crear y cerrar el círculo con esta, no para explicar o por rellenar, por eso, y
para mí, ambas películas están a la par. "Buscando a Nemo" trajo la innovación y "Buscando a Dory" nos trae más
diversión nueva y gratamente satisfactoria.
Puntuación:
7/10
Puedes encontrar la película para disfrutarla en casa aquí:
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