El Hombre de Acero

El Hombre de Acero, 2013

Me siento obnubilado.

Hacía tiempo que no disfrutaba tanto de un superhéroe en el cine. Este nuevo, remasterizado y puesto al día Superman, es la culminación de un previo trabajo de lavado de cara de anteriores superhéroes, como Batman.
En este caso, para mí, este filme de Superman, esta primera parte, supera con creces la de Richard Donner, no solo en efectos visuales (que eso estaba clarísimo), sino en cómo nos cuenta la historia total de Superman, cómo nace, cómo se cría, cómo crece y finalmente cómo se convierte en Superman dándose a conocer al mundo.

Zack Snyder (Amanecer de los muertos, 2004) lo borda como director, él que suele ser muy exagerado aquí se controla, y nos deja unas imágenes impactantes en la retina, tanto lejanas con unos grandísimos planos generales, como si fueran grabados por cámaras domésticas para ver… "a un pájaro, un avión, ¡no! A Superman", en los planos cortos, donde todo tiene sentido y no deja nada al azar. Destacar la planificación de las escenas de pelea que, aunque largas, están muy bien medidas y desarrolladas.

El guión, que corre a cargo de David S. Goyer (con una ligera ayuda de Christopher Nolan), los artífices de la actualización de Batman, vuelve a conseguir lo que siempre han querido, héroes oscuros y humanos, aunque venga de Krypton. En este caso, la estética es parecida, negra, lúgubre, buenos giros de guión, una estructura moderna, no lineal.

La construcción del personaje principal es sólida y no retorcida, no nos vuelve locos, tiene coherencia. Por eso, la considero mejor que la de Donner, que se quedaba con muchos flecos, avanzaba el filme y de repente ya teníamos a Superman.

Nos vamos a detener aquí, una vez comentados los grandes rasgos de dirección y de guión, vamos a decir lo que hace que la película pierda gracia y/o emoción, las peleas. Las peleas eternas destruyendo edificio tras edificio, yo no digo que no sean necesarias, pero al alargarlas tanto se vuelven repetitivas y tediosas.

El reparto está a la altura de las circunstancias. Henry Canvill (La fría luz del día, 2012), que tanto se lo cree y que tanto ha luchado para que le quede bien ese traje, está increíble. La nueva Lois, Amy Adams (The master, 2012), está magnífica, tiene escrúpulos y  no es nada tonta. Y el malo malísimo, Zod, Michael Shannon (Mud, 2012), tiene momentazos airados y desesperados que hacen que te conmuevan y a la vez odies a límites insospechados. Destacar de secundarios al carismático señor Kent, Kevin Costner (Bailando con Lobos, 1990); al gran Jor-El, bien interpretado por Russel Crowe (Los miserables, 2012), e incluso el magnífico Laurence Fishburne (Contagio, 2012).

En fin, simplemente volver a destacar el acierto al elegir primero a Zod como primer malo, malísimo, queda más hilado.

Puntuación: 7/10

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