31 ago 2016

La novia

La novia, 2015



Dura, como no podía ser de otra manera.

La novia relata la historia más vieja del mundo, en la que, una mujer es arrastrada hacia un hombre cuando ella no siente lo que tiene que sentir y, el destino, es amargo con estos sucesos.
Ambientada en una España (Andalucía bajo mi punto de vista) profunda y anticuada, o no tanto tal vez… Se desarrollada esta adaptación de la obra de Federico García Lorca "Bodas de Sangre"; narrada y desarrollada con altibajos, sobre todo, en aspectos técnicos que luego comentaremos, pero todo salvable por la profundidad, la transcendencia y la amargura de lo mostrado.


Paula Ortiz (De tu ventana a la mía, 2011), dirige y no dirige a este barco que no va a la deriva, ni por muchísimo menos, pero falla en aspectos tan básicos que me molesta tener que comentarlos. Sufre de un mal, la falta de planificación o de una mala puesta de escena frente a cámara, es decir, la directora dirige de manera formidable a su equipo de actores, es una directora de actores, a los que exprime y les obliga a amar todos los monólogos, frases, palabras (aunque sean amargos), para que nos brinden unas actuaciones dignas del mejor teatro. Su fallo viene al colocarlo delante de una cámara, tiene muchos saltos de eje que son incomprensibles, falla al posicionar de forma idónea a los actores en el plano, como lo digo, son errores técnicos de primero de cine, algo que serían imperdonables si de verdad no dirigiera tan bien a los actores. Les hace moverse como ella desea, les hace darlo todo antes una cámara un poco perdida, pero como lo narrado finalmente es tan impactante, se convierte en digno de verse y borra prácticamente todo lo anterior.
La película sería de 10 si la señorita Ortiz supiera colocar y mover la cámara, se salva gracias a manejar tan bien a sus actores.

El guión, mejor dicho la adaptación, corre a cargo de ella y de Javier García Arredondo. Le cogen prestado los versos, y la historia al gran Lorca, para generar y adaptar su obra a una atemporalidad tal, que no se sabe si es principios de siglo, mediados o incluso ayer y salió en las noticias. Es fabuloso como manejan los tiempos, las palabras dichas, los textos medidos, para que todos digan lo necesario para que avancen y no se quede la historia en más que un triángulo amoroso. Se ve que es lo importante para cada uno de los contendientes, que no solo se queda en el triángulo amoroso, trasciende hacia los padres, la familia, las gentes…, todo es importante, todo es necesario para la comprensión global del mundo en el que se desarrolla este dramón. Con toda su crudeza. Incluso como utilizar un simple cristal para generar unas metáforas tales que sobrecogen el alma cuando son asimiladas.

Es una película para y por los actores, pena que haya fallos de cámara y, en algunas escenas ellos pierdan un poco, pero son capaces de salvar esas partes y, abrazan a su directora y le regalan unas interpretaciones que solo serían emulables encima de unos escenarios de la Gran Vía. Al timón de este barco sin retorno se
encuentra la magnífica Inma Cuesta (Primos, 2011), este papel la encubra, no solo porque no parezca no saber cuál es su sitio, si no, porque ese es su papel; ella se mueve al son de lo que tiene que hacer (de lo que le han dicho que haga), pero solo ella y su destino saben lo que les depara. La pareja de machos, que se enfrentan por su amor son dos fieras, Asier Etxeandia (Musarañas, 2014) y Álex García (Kamikaze, 2014), tan distintos en apariencia, que quedan magníficos en pantalla como los rivales predilectos. Luchan no solo con los puños, si no, con sus hechos, sus palabras, sus miradas destructivas; que da lástima que no estén más tiempo juntos en pantalla. Pero, la gran triunfadora de la noche es Luisa Gavasa (Para Elisa, 2013), nos deleita con una maravillosa interpretación llena de odio y  de melancolía por algo que tuvo y no pudo ser.


Hay que detenerse para destacar el maravilloso trabajo de fotografía, dirigido por Migue Amoedo. Una fotografía tan cuidada, tan medida (solamente descolocada en algunas secuencias mal dirigidas), pero con una colorimetría tan dura, tan contrastada, como es requerida por la historia, que acompaña tan bien al relato, como sus localizaciones, otra de las claves de que el filme funcione tan bien, unas localizaciones, que de verdad no sé de donde son, pero parecen creadas para desarrollar la película. Y, es esto lo que quiero destacar, como la fotografía y las localizaciones, son las representaciones vivas del guión, algo que podría contarse con palabras, en este caso tan bien se narra gracias a la fotografía y al lugar, hecho que no siempre ocurre en las películas o que no terminan de casar tan bien como es este caso, en el que los tres ejes muestran, la dureza de la vida, lo crudo, lo dramático que es vivir y tomar las decisiones equivocadas o que otros tomen esas decisiones por ti.


Simple y llanamente, sobrecogedora.


Puntuación: 7/10


Puedes encontrar la película para disfrutarla en casa aquí:

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