22 ago 2016

Buscando a Nemo

Buscando a Nemo, 2003


El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras.

El mundo acuático al alcance de la mano.


Es una película sobrecogedora por su audacia. No pierde valor, pasen los años que pasen, algo de agradecer, y es que Pixar es la verdadera fábrica de ideas. Digna sucesora de Disney (su alma mater) consigue enganchar los valores más Disney sin olvidarse de avanzar, ya no solo en técnica de imagen (que son prácticamente insuperables), sino en historias que suenan ya vistas, pero jamás contadas de esta manera. Y así llegamos a este filme, una aventura subacuática en la que un padre lo único que quiere es recuperar a su hijo raptado.

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Los encargados de enseñarnos esta aventura son los genios Andrew Stanton (Bichos, una aventura en miniatura, 1998) y Lee Unkrich (Monstruos S.A., 2001). Nos conducen en una maravillosa película en la que los valores de la familia, de la amistad, la honradez y la valentía están muy a flor de piel. Sus personajes principales, son un clásico dúo al más estilo Gordo y el Flaco, y son los que nos amenizan las aventuras de encontrarnos con todo tipo de criaturas acuáticas nunca antes creadas tan maravillosamente.
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Ya sea el revelador encuentro con las tortugas, los fantásticos tiburones o las asquerosas medusas; todos los momentos marcan a los personajes, les hacen crecer y entender su entorno para que su futuro sea mejor y conseguir superar todas las adversidades, algo que de una manera dulce y sincera es totalmente extrapolable a los niños (e incluso a los padres que les acompañan). Ese es el gran y maravilloso acierto del filme.

El guión, que como suelo decir (y escribir) en películas de animación suele ir de la mismísima mano de la dirección, está firmado por Andrew Stanton, Bob Peterson (Tarzán y Jane, 2002) y David Reynolds (El emperador y sus locuras, 2000). Todos, como podéis observar, son colaboradores de Disney desde hace tiempo, así que sabían qué querían transmitir perfectamente, pero (y esto es bajo mi prisma) el señor Stanton es el que le da la forma más Pixar, el que consigue ese puntito guay y nuevo que tienen casi todas las películas de Pixar.
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Como guión, lo más reseñable es todo lo que ocurre en la consulta del dentista, descubrir a tus primeros amigos (e incluso enemigos) y, mejor aún, cómo una gaviota puede saber más del mundo que un simple humano.

No hay actores como tal, pero hay animales muy reseñables y, como venimos diciendo, todos tienen su porqué y su momento en la película, que sirve a nuestros compañeros (y a nosotros) a seguir con la fabulosa aventura, como el Maestro Raya, los atunes transformistas, las gaviotas que todo lo quieren, el crustáceo limpiador o nuestro gran pez que quiere recrear "Prision Break" en una pecera. Todos y cada uno de ellos tienen su hueco en la película, se ponen por algo y se utilizan de la forma correcta, algo no tan fácil como podría parecer.

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En este caso, lo más destacable es la fotografía de la película. Generada por Jeremy Lasky, Sharon Calahan y Jericca Cleland; todos ellos colaboradores habituales de la casa del ratón. Para mí en una película de animación, si está bien hecho el agua, está bien hecha la película. Aquí claro, es prácticamente todo agua, y cuando salen a la superficie ahí se deja claro que no es el mejor mar generado por ordenador ni por asomo. Está claramente bien hecho, pero lo más destacable de la fotografía es el colorido, siempre hay color en todas las escenas y es una gama muy amplia de colorimetría conseguida, algo sorprendente y digno de mención.

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Como broche final, terminaré diciendo que es una película que marcó época y nunca está de más echarle una visión aunque no haya ningún niño en casa.



Puntuación: 7/10

Puedes encontrar la película para disfrutarla en casa aquí:

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