Expediente Warren: El caso Enfield, 2016
Uno de los ejemplos de segundas partes que sí que merecen la pena.
En esta
ocasión seguimos a los Warren por sus peripecias de explicar y/o de intentar
demostrar que lo que dicen y hacen es real, que lo único que quieren es ayudar
a la gente. Para ello se van a Inglaterra. Allí hay una familia
prácticamente destruida por unas horribles noches de insomnio.
Lo más
aterrador de ambos filmes y de la saga de los Warren, es que utilizan casos
totalmente documentados, ya sea con imágenes, testimonios de personas que
estuvieron allí, grabaciones de voz y un largo etcétera, para crear esta pequeña
saga. Y lo hacen realmente bien.
Pero vayamos al meollo de la cuestión. Y eso es, el señor simpatía James Wan, director
de películas célebres del género de terror/posesiones como "Insidious" (sus dos partes), y fue
el encargado de dirigir la primera parte de "Saw" (que no se nos olvide). En esta segunda parte, el señor
director, utiliza todos los recursos de realización posibles, tiene unas
transiciones, que sí, claro que son hechas digitalmente, pero son exquisitas.
Unos planos desenfocados en el momento y/o punto justo que generan una tensión que sobrepasa las salas del cine. He aquí una de las claves. El señor Wan es un genio en generar tensión utilizando rápidos movimientos de cámaras, luces confusas y, por supuesto, unos efectos especiales básicos, con eso le es suficiente para infundirnos un miedo totalmente irracional, porque ya no sabes cuándo va a suceder nada, en el sentido de: cuando creo que viene el susto no viene y cuando creo que sí, tampoco y, de repente saltamos de la butaca. Es asombroso lo que consigue con algo básico como puede ser la cámara al hombro y seguir a nuestro personaje pero sin ver el resto del habitáculo.Hablemos de la pareja aterradora del año (de nuevo), Vera Farmiga y Patrick Wilson, ambos ya hicieron de los Warren en la anterior entrega, además Patrick Wilson es habitual de James Wan;
ambos se compenetran como si fueron pareja en la vida real, y cada uno se apoya en el otro para elevarse como pareja cinematográfica.
Frances O'Connor (El último cazador, 2011), madre coraje del año. Madison Wolfe (Joy, 2015), no es que sea una de las grandes niñas que nos de miedo, pero es la que lleva esa atmósfera lúgubre y tensa durante toda la película, y lo lleva bastante bien, sabe lo que tiene que hacer, cómo ha de hacerlo y te lo da todo.
Cabe destacar muchas cosas, algunas ya las he dicho, pero quiero pararme un momento en lo de los efectos especiales. Aquí tenemos una película de terror que utilizando los básicos, los que utilizan menos ordenador son los que más funcionan, son los más efectivos, y cuando utilizan el ordenador, cuando utilizan ya efectos más generados y rebuscados, pierde, el filme pierde calidad, pierde esencia. Por eso hay que saber compaginarlos y, aquí, hay en ocasiones que los realizados con ordenador fallan. Funcionan mejor los hechos a mano. Eso opino yo.
En definitiva, a mí me ha gustado más esta segunda parte que la primera, y la primera fue muy buena, pero como llevo diciendo un rato: aquí se sale la dirección.
Que siga haciendo terror durante mucho tiempo este señor.
Puntuación: 8/10
Puedes encontrar la película para disfrutarla en casa aquí:
0 comentarios:
Publicar un comentario